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A muchos nos ha sorprendido el relevo del número dos del Ministerio de Interior,Ignacio Ulloa, por el jefe de gabinete del ministro, Francisco Martínez. Un cambio de responsable a un año del nombramiento: muy raro en un ministerio que tiende a la estabilidad. Hemos vivido filtraciones sorprendentes de informes (o pretendidos informes) policiales al diario “El Mundo”. Hemos leído declaraciones sorprendentes del sindicato mayoritario policial reforzando algunas noticias o poniendo en duda otras. Hemos pasado unos meses en los que, algunos, teníamos la sensación de que faltaba alguien al mando de la Policía. Curiosamente, nadie ha dudado de que la Guardia Civil sí tenía y tiene mando. Y, sorprendentemente, se marcha el jefe de todos ellos, el Secretario de Estado de Seguridad. ¿Qué pasa en la Policía? Con la retranca propia de viejo presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, preguntó durante una entrevista en Antena 3 TV “¿ qué coño es eso de la UDEF?”. Las más incómodas sospechas publicadas por “El Mundo” venían en papeles con membrete de la UDEF: la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal que depende de la Comisaría General de Policía Judicial. Casi nadie para que ande filtrando papeles a un periódico. Cuando el ministro Fernández designó a los Directores Generales de la Policía y de la Guardia Civil hice un análisis equivocado. Estaba seguro que, Ignacio Cosidó, director general de la Policía, sería un “duro” que mantendría la necesaria disciplina en la Policía. Creía que, Arsenio Fernández de Mesa, director general de la Guardia Civil, sería un modesto empleado de los generales del Cuerpo. Y me he equivocado. Ignacio Cosidó, no se ha hecho con el mando de la Policía, mientras que Arsenio Fernández, sí manda en la Guardia Civil. Muy raro. Si en la política en general cuesta mantener la transparencia, en el Ministerio de Interior, ni lo quiero contar. Ahora se va nada menos que el número dos y la nota ofical dice que es por razones personales. De verdad: cada día me parece más deprimente que ciertos gobernantes nos consideren a los ciudadanos sencillamente tontos. Desgraciadamente, en el Ministerio del Interior, en general, y en la Policía, en particular, no se sabe quién manda. Es curioso que, llevando tanta gente tantos años luchando por “civilizar” la Guardia Civil, resulte que ahora muchos piensan que no le vendría nada mal a la Policía tener algo de la seria disciplina de la Guardia Civil. No se si los policías, individualmente o como sindicatos, se dan cuenta del descrédito a que están siendo sometidos. No se si aquel brillante Ignacio Cosidó se da cuenta de que está quemando todo su prestigio en aras de no se sabe muy bien qué. Desde luego, los ciudadanos no sabemos si dirige a la Policía, intriga en la Policía o pasa de la Policía. Una pena. Y se cambia al segundo jefe de la Seguridad de España y se nos cuenta que es por razones personales. ¡Qué pena de responsables! ¡qué pena de su menosprecio! ¡qué pena de muchos policías!