Seleccionar página

Cuando escribes una historia, probablemente lo primero que piensas es «¿cómo puedo hacer que mi historia destaque sobre las demás?».

¿Con qué se escribe?

Si tu libro trata sobre ti, probablemente será una historia de amor o una autobiografía. Si es sobre una amiga, será sobre la persona con la que está. Si es sobre una familia, será sobre sus seres queridos. Si es sobre un negocio, será sobre la gente a la que ayuda.

Evitar el uso excesivo de términos

Esto es importante. Una de las causas de la mala redacción es el uso excesivo de términos. Podrías decir «Estuve en un grupo de metal llamado Vader hace muchos años, y estuvimos de gira por todo el mundo». O podrías decir «Estuve en un grupo de rap llamado Rapset Masters, sobre el que también escribí en mis tiempos mozos». Aunque es importante evitar el uso de términos que ya son de uso común, tampoco hay que pasarse. Por ejemplo, en tu novela Sobre el autor, podrías decir «A principios de los 90, yo era el único hombre abiertamente gay de Estados Unidos. Mi vida era una batalla constante por la aceptación y Frida era mi única estrategia para conseguir que la gente me aceptara».

Utiliza un lenguaje sencillo

El lenguaje sencillo es importante. Si tu lenguaje es demasiado recargado o si utilizas palabras que ya son de uso común, será mucho más fácil que la gente capte los temas e ideas que recorren tu libro. Evite utilizar palabras que ya sean de uso común, ya sea en frases u oraciones comunes, o incluso en sus propias palabras. Utilice palabras que tengan un significado concreto, como «esto» o «aquello», no palabras sin significado, como «conseguir» o «enviar».

No abuse de las palabras

Un problema habitual de quienes escriben por primera vez es intentar utilizar palabras que ya son de uso común, pero con un significado diferente. Esto puede ser un problema, porque entonces es probable que el lector nunca capte el significado completo de las palabras. Por ejemplo, en Tu nombre es mi nombre, podrías decir «Mis padres eran orgullosos propietarios de un club de submarinismo al aire libre». Pero, ¿qué significa exactamente «scompany diving» para el resto del mundo?

Sé específico

Escribir con estilo es importante. Es lo que da personalidad y vida a tu libro. Si no escribes con estilo, la gente nunca captará todo el significado que hay detrás de tus palabras. Si escribes sobre una amiga, imagínate hablando con ella, sobre su familia, sobre su lugar de trabajo, sobre su vida espiritual, sobre tu negocio. Aquí tienes algunas ideas sobre cómo utilizar el estilo en tu beneficio: Utiliza frases como «el otro día fuimos a este restaurante mexicano». Usa frases que enganchen, como «Un día decidimos que íbamos a ir a un restaurante mexicano». No utilices argot ni frases como «cuando tienes 20 años, engordas» o «¿qué es eso que siempre paras?».

Ten un punto

Tu libro no debe ser sólo un diario de tus experiencias vitales. Debe hacer una declaración seria sobre algo, y debe hacerlo de una forma con la que el lector pueda identificarse. Por ejemplo, cuando escribas una novela, no tengas miedo de salirte de la norma y plantear un debate o dos sobre las cosas que tratas. Tu libro debe hablar de, no sólo ser sobre. Por ejemplo, si escribes sobre un viaje al balneario, háblale al lector de los servicios del balneario y no sólo de tu viaje.

Intente hacer reír a su público

Si tu libro trata de ti, probablemente será una historia de amor o una novela autobiográfica. Si es sobre una amiga, tratará sobre la persona con la que está. Si es sobre una familia, será sobre sus seres queridos. Si es sobre un negocio, será sobre la gente a la que ayuda. Cuando intentas hacer reír a tu público, probablemente lo vas a irritar. Eso es bueno. Les animará a pensar en cosas distintas de su situación vital y les hará sentirse bien consigo mismos.

Evita ser demasiado serio

Debes tener cuidado con la intensidad de tus emociones. Esto puede sonar drástico, pero es cierto. Es más fácil iniciar un movimiento de frustración e irritación que contemplar un problema desde una perspectiva positiva. Además, cuando empieces a escribir sobre situaciones desgarradoras, harás que el público se ría contigo. Así que intenta mantener la intensidad de tus escritos al mínimo, pero no intentes ser tan serio que no te rías de ti mismo.

Intenta hacer reír a tu lector

Hacer reír a tu lector es una forma segura de sacarle de quicio. Puedes decir algo como: «¡Ese modelo es Matt! Vamos a verlo en persona». Esto hará que tu lector quiera seguir leyendo y dirá: «¡Vale, qué locura! ¿Dónde puedo verle?». Recuerda, cuanto más seria sea tu redacción, más fácil será que tu lector asimile y se implique emocionalmente con tu historia.

Usa el humor cuando sea apropiado

No tienes por qué ponerte serio con el humor para hacer reír a tu lector. Puedes utilizar el humor para aligerar el ambiente, para crear un entorno de lectura más cómodo para tu audiencia y para suscitar una conversación interesante entre tus lectores. Por ejemplo, en Tu nombre es Mi nombre, podrías decir: «Cuando estaba en el instituto, solía ir a este restaurante llamado El Pabellón». Esto hará reír a mucha gente, y también hará que tu lector se sienta cálido y cómodo.

Tener un punto

Tu punto debe ser sobre lo que trata tu libro, y no sobre ti mismo. En tu punto, no intentes desviarte de tu tema. Si empiezas a desviarte del tema, el lector no querrá quedarse hasta la conclusión. Por ejemplo, en Tu nombre es mi nombre, podrías decir: «Un día decidimos que íbamos a ir a un restaurante llamado El Pabellón». Aunque tu argumento debe tratar sobre acontecimientos felices de tu vida, también debe tratar sobre qué trata tu libro y cómo se relaciona con ello. Si empiezas a desviarte de tu tema, el lector se alejará de tu historia, probablemente sin siquiera terminarla.

Intenta hacer reír a tu público

Si quieres que tu público se ría, intenta ponérselo lo más fácil posible. Intenta que les resulte lo más sencillo posible reírse con tu historia. Por ejemplo, en La fiesta de uno, podrías decir: «Un día decidimos que íbamos a una fiesta». Esto hará que tus lectores se rían, y también que se sientan cómodos hablando de la experiencia.

Artículos de interés