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La crisis afecta a la cesta de la compra, el último de los apartados en los que suelen recortar las familias. El consumo de los hogares españoles en alimentación cayó un 1,8% al cierre del pasado mes de octubre con respecto al ejercicio anterior. El gasto se redujo también en proporciones similares, debido a la estabilización media de los precios de los alimentos, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Faltan por conocer los de noviembre y diciembre, aunque las previsiones apuntan a que se mantendrá la tónica descendente.

El incremento del paro, la subida del IVA, el recorte en los salarios y la incertidumbre son las causas que explican, según los expertos, el retroceso del gasto en la alimentación. Esta estadística se realiza con una encuesta mensual a 12.000 hogares que cada día apuntan sus compras con un lector óptico. Según los datos aportados por esta metodología, la caída general del consumo se ha agravado tras el verano, después de haber entrado en vigor la subida del IVA.

Los españoles gastaron en alimentación el pasado mes de octubre 5.668,5 millones de euros, un 1,8% menos que un año antes. El gasto cayó en todos los productos, excepto en las frutas frescas, las patatas y las hortalizas.

El aceite es uno de los productos que mayor caída han registrado (-10,3%) fundamentalmente porque se ha desplomado la venta del aceite de oliva (-15,7%), mientras que el de girasol ha registrado un pequeño repunte (1,%).

La estadística también revela un descenso del consumo total de pescado del 1,9%, aunque en este apartado también hay matices. Retrocede fundamentalmente el consumo de las conservas (-11,1%), y también el congelado (-6,3%), mientras que el fresco aumenta ligeramente (1,1%).

El consumo de la carne también desciende un 0,8%, aunque el gasto es superior, con un retroceso del 3,1%. En el caso del pan, también cae su consumo (-2,8%), y más aún el gasto en este producto (-4%).

La leche y los derivados lácteos han reducido su presencia en los hogares españoles un 4,3%, debido, fundamentalmente, a la caída del consumo de postres lácteos (-8,9%), el yogurt (-5,7%) y los quesos (-1,3%). Pero también se consume menos leche líquida, especialmente la entera (-7,8%), y también la desnatada (-3,5%). Sólo la variedad de semidesnatada subió (3%).

Las bebidas también se incluyen en la estadística mensual del consumo alimentario en el hogar. El consumo de vinos y espumosos ha caído (-9,1%), especialmente en el caso del de mesa (-11,2%) y en el de los espumosos (-9,8%) y los tranquilos (-9,4%). Sí aumentó el consumo de los vinos de tierra -indicación geográfica española- (+29,6%).

El consumo de las bebidas refrescantes se redujo también un 12%, y se mantiene el del agua (0,2). Sí aumentó el de las bebidas alcohólicas de alta graduación (+1,7%).

La explicación a esta caída del consumo se encuentra, fundamentalmente, en el aumento del paro y la subida de precios que provocó el incremento del IVA que entró en vigor en el mes de septiembre, y que sólo en los productos de alimentación produjo incrementos del 7% al 10%.

El cómputo global del año refleja en la estadística del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente un incremento del consumo de alimentos que se explica fundamentalmente por los meses de verano. De hecho, destacó el incremento de las frutas frescas, con un ascenso del 3,3%. En este apartado destacó el de la sandía (15,2%), los albaricoques (14,6), el melón (5,9%) y los plátanos (5,5%).

También aumentó, en el cómputo general del año, el consumo de carne fresca (1%), impulsado, sobre todo, por la de pollo (2,2%) y el cerdo (0,3%), mientras que cayó el de vacuno (-1,5%) y el de cordero y oveja (-10,4%).

Habrá que esperar al cierre de las estadísticas de 2012 para certificar el duro impacto de la crisis en la cesta de la compra.